El desafío era crear un pastel sobrio pero imponente y pensamos que la mejor idea, era un relleno de quark stollen (un pan dulce alemán) que sorprendiera no solo por su sabor; sino también porque desencajaba con el previsible y aburrido bizcochuelo que suele envolverse con fondant.
¿El resultado? Clientes satisfechos e invitados sorprendidos...pasen y vean...
El río como escenografía...
Quark stollen con avellanas, nueces, almendras, castañas y ricota
Macetas de trufas de amaretto y praline revestidas de coco azul
y trufas de chocolate blanco y brownie revestidas de coco blanco
Gracias Ignacio por habernos permitido ser partícipes de este día!
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